jueves, 19 de agosto de 2010

Invitación para conocer el fascinante mundo de la Estimulación temprana

                                                                    Estimulación Temprana

El crecimiento del bebé y del niño es un mundo frágil. Frágil porque los humanos requerimos para nuestro desarrollo de muchos cuidados médicos, de alimentación, estímulos adecuados y de un entorno estable, lleno de afecto. Fascinante porque cada ser encierra capacidades que se perfeccionan con el tiempo y que asombran por inesperadas.
La estimulación temprana también llamada aprendizaje oportuno, ha evolucionado a través de los años, y lo ha hecho a la par de del avance de la filosofía, la pedagogía, la psicología y las neurociencias. Hoy sabemos que el feto tiene desarrollada su memoria y los sentidos de la vista, el tacto y la audición. Que el recién nacido tiene rasgos temperamentales y que discrimina y muestra preferencia por ciertos estímulos visuales y auditivos. Que en los primeros cinco años de vida se forman alrededor del 90% de las conexiones sinápticas. Y que los programas de estimulación temprana tienen efectos favorables a corto y largo plazo, siendo claramente evidentes sus beneficios durante la vida adulta del individuo.
Gracias y a otros conocimientos sobre el desarrollo humano, al avance de la tecnología y a los cambios sociales y culturales es que el paradigma del infante ha evolucionado aceleradamente en los últimos años: de una concepción de un niño – adulto que reacciona ante estímulos y cuya personalidad e inteligencia se construye sobre la base de experiencias externas, al de un niño-niño capaz de modificar su entorno y que es el centro de la construcción de sus propias experiencias y aprendizaje.
Estamos frente a un ser en desarrollo más capaz de los que muchos maestros, padres y madres de familia se imaginan, un ser potenciado por los estímulos hogareños y la experiencia preescolar y, en muchos aspectos, intelectualmente precoces a sus pares de generaciones anteriores.
Ante este escenario la estimulación temprana constituye una herramienta válida para favorecer en los niños el desarrollo armónico de sus potenciales, el descubrimiento de si mismos y el mundo que los rodea, así como también su adaptación al cambiante mundo social y tecnológico.

                                                  Laura Padrone            

viernes, 6 de agosto de 2010

Arrorró para dormir la siesta


Leerle un cuento a los niños antes de dormir, representa más que la simple actividad de arruyarlos. Éstos aportan beneficios como:

• Estimular el lenguaje y la imaginación,
• Relajarlos, creando lazos y vínculos más fuertes con el lector.

Un ratito de siesta para los más pequeños.

Para los niños descansar es fundamental y resulta imprescindible en los menores de cinco años.
La siesta es una costubre que consiste en descansar y entamblar un sueño corto (Período mínimo de 20 mts a 2 hs).Ésta es una práctica que aporta beneficios, como: recuperar energías y sentirse en forma. Con la siesta los niños crecen y se desarrollan.
Con el crecimiento del bebé, sus horas de sueño se concentran por la noche, es aquí cuando se hace necesario un ratito de siesta.
Algunos niños, aproximadamente a los tres años, no quieren dormir , por esto, resulta como una buena estrategia contemplar este momento de descanso dentro de una rutina diaria, sin obligar.
Invitar a los niños a dormir utilizando frases como: ¨ Vamos a descansar un ratito¨, adopatar la costumbre de contar un cuento, elegir un muñeco para que lo acompañe, mirar fotografías, escuchar música suave o llevar a cabo actividades tranquilas, que favorezcan la relajación y permitan que el niño duerma.
Cada niño dormirá la siesta según las necesidades de su organismo.

                                                                  PALMIRA


Palmiara. ¡Qué lindo nombre! ¡Me gusta ese nombre!
Pal-mi-ra. Suena divertido y tiene olorcito a palmeritas recien horneadas.
Palmira, si , si, si, mi pequeñita amiga hada. ¡Con carita de princesa enamorada! Con cachetes colorados, pequitas y pelito rizado.
Una hadita tan pero tan chiquita que no se ve nada. Casi, casi invisible, vive en mi casa.
Un día, Palmira me pidio que le regalara... un par de pantuflas a rayas.
¿Dónde iva a conseguir pantuflas para hadas?. Hay para niños, señores, señoras...Pero ¿Para hadas?
Camine por todos lados, preguntando y preguntando, solo decían que no y todita la gente me miraba extrañada, con gestitos de sorpresa preguntaban ¿Pantufles para hada? De eso... no tenenos nada.
"Yo no se de que se admiran. ¿Quién no tiene un hada en su casa?"
Como paso, no lo se , pero de repente una idea se me ocurrió, para hacer las pantuflitas a Palmira.
No crean que fue mucho trabajo, los piecitos de mi amiga son como dos garbanzos. Solo use algunas cosas: dos botones de madera y una cinta paseandera, rayada.
¡Qué lindas quedaron!
Palmira esta feliz por que tiene lo que queria, un par de pantuflas a rayas.
Y yo también, estoy felíz, porque cuando ella camina los botoncitos van sonando como campanitas y me avisan que por aquí y por allá, anda mi hadita. Palmira.
Pal-mi-ra.
¿Lindo nombre, no?
                             LAURA E. PADRONE.